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Tratamiento de Líquidos Cloacales (Tratamiento Saninar)

Nuestro Tratamiento Saninar está destinado a la eliminación del agua servida que habitualmente se acumula en los pozos ciegos. Evitando mediante la instalación del mismo el vaciado periódico, mediante camiones atmosféricos, de dichos pozos con lo que se obtienen las siguientes ventajas:

  • Importante reducción de gastos
  • Supresión de los malos olores y otras molestias que producen los camiones atmosféricos
  • Disponibilidad permanente del funcionamiento cloacal tal como si la zona contara con red de cloacas.
  • El sistema es totalmente automático

El usuario de nuestro Tratamiento no necesita hacer economías relacionadas con la capacidad de los pozos y cámaras con el uso del agua ni efectuar desvíos prohibidos de agua servida, tampoco soportará los inconvenientes que se producen por la espera de los camiones que frecuentemente se demoran. De manera esquemática puede describirse la instalación como lo indica el gráfico adjunto o sea:

a) Un caño chupador provisto de filtro, succiona el agua servida del pozo que mediante un conducto plástico se dirige hacia un compresor periférico. Éste a su vez envía el líquido cloacal a presión convenientemente graduada a uno o más caños enterrados verticalmente (dispersores).

b) Un detector eléctrico de nivel colocado en la boca del pozo activa la puesta en funcionamiento y detención del compresor periférico según el nivel del agua contenida en el pozo. Normalmente se regula el detector de manera que el agua no se aproxime hasta menos de 1,50 metros de la superficie ni descienda hasta más de 2 metros, consiguiéndose así que el agua no socave el asiento de las bovedillas o losas y que tampoco descienda hasta profundidades que pongan en peligro la estabilidad del pozo por la descompensación de presiones.

No se describen aquí los diversos dispositivos que aseguran el buen funcionamiento del tratamiento porque son diferentes según las necesidades de cada instalación ya que dependen de los caudales de desagote y otros factores técnicos importantes pero de poco interés para el usuario. En cambio son destacables las siguientes consideraciones:

Los pozos ciegos que tantas veces contienen agua hasta la misma boca producen un embebimiento de la tierra negra superficial que actúa como una verdadera mecha trasladando humedad hasta lugares bien alejados. Así es que el agua servida termina atacando los pisos y paredes salvo que estén muy distantes. Cuando están llenos y a la espera de su vaciado provocan el mal funcionamiento de las cámaras sépticas y por anulación de caídas el taponamiento de caños cloacales.

A su vez cuando el pozo es vaciado siempre se corre el riesgo de desmoronamiento y aunque esto no se produzca de todas maneras el agua embebida en los alrededores regresa al pozo arrastrando material que poco a poco lo perjudica y además anula buena parte del vaciado.

Nada de esto ocurre con nuestro tratamiento ya que el pozo mantiene siempre un nivel estable alejado de la capa de tierra negra.

Los mini pozos que disponen el agua en la tierra son clavadas artesanalmente y en su extremo inferior, el limo arcilloso que ahí se encuentra es sometido a un proceso que le permite aceptar de manera creciente con el tiempo, el agua que le envía el compresor periférico. En realidad ésta es la clave del sistema.

Los mini pozos tienen entre 3 y 4,50 metros de profundidad dependiendo esto de las características del suelo. Es a partir de ahí que se absorbe el agua que en el sistema tradicional se difundiría desde el fondo del pozo, generalmente más profundo.

A favor del tratamiento debe considerarse que en este sistema el agua servida comienza un filtraje a presión a partir precisamente desde el final de las agujas de manera que cuando dicha agua desciende hasta la profundidad a la que normalmente están los fondos de los pozos ya tiene un recorrido filtrante adicional.

Obsérvese que la mayor parte del agua de los pozos ciegos inicia su filtraje a partir del fondo de los mismos (muchas veces a 8,00 metros por debajo de la superficie) que es donde hay más presión hidrostática.

Además en nuestro tratamiento es el agua se envía juntamente con determinadas cantidades de aire a presión para provocar la descomposición aeróbica de la materia orgánica en suspensión, cosa que no ocurre con el agua que se filtra desde el fondo de los pozos (por lo cual los pozos se impermeabilizan).

Finalmente es MUY IMPORTANTE señalar que éste tratamiento se instala en muy poco tiempo, se dimensiona de acuerdo a la cantidad de agua diaria a desagotar y los picos de consumo, y las roturas y trastornos que ocasiona el proceso de instalación son nulos o mínimos según el caso.

ESQUEMA DE FUNCIONAMIENTO

Nuestro Tratamiento Saninar está destinado a la eliminación del agua servida que habitualmente se acumula en los pozos ciegos. Evitando mediante la instalación del mismo el vaciado periódico, mediante camiones atmosféricos, de dichos pozos con lo que se obtienen las siguientes ventajas:

  • Importante reducción de gastos
  • Supresión de los malos olores y otras molestias que producen los camiones atmosféricos
  • Disponibilidad permanente del funcionamiento cloacal tal como si la zona contara con red de cloacas.
  • El sistema es totalmente automático

El usuario de nuestro Tratamiento no necesita hacer economías relacionadas con la capacidad de los pozos y cámaras con el uso del agua ni efectuar desvíos prohibidos de agua servida, tampoco soportará los inconvenientes que se producen por la espera de los camiones que frecuentemente se demoran. De manera esquemática puede describirse la instalación como lo indica el gráfico adjunto o sea:

a) Un caño chupador provisto de filtro, succiona el agua servida del pozo que mediante un conducto plástico se dirige hacia un compresor periférico. Éste a su vez envía el líquido cloacal a presión convenientemente graduada a uno o más caños enterrados verticalmente (dispersores).

b) Un detector eléctrico de nivel colocado en la boca del pozo activa la puesta en funcionamiento y detención del compresor periférico según el nivel del agua contenida en el pozo. Normalmente se regula el detector de manera que el agua no se aproxime hasta menos de 1,50 metros de la superficie ni descienda hasta más de 2 metros, consiguiéndose así que el agua no socave el asiento de las bovedillas o losas y que tampoco descienda hasta profundidades que pongan en peligro la estabilidad del pozo por la descompensación de presiones.

No se describen aquí los diversos dispositivos que aseguran el buen funcionamiento del tratamiento porque son diferentes según las necesidades de cada instalación ya que dependen de los caudales de desagote y otros factores técnicos importantes pero de poco interés para el usuario. En cambio son destacables las siguientes consideraciones:

Los pozos ciegos que tantas veces contienen agua hasta la misma boca producen un embebimiento de la tierra negra superficial que actúa como una verdadera mecha trasladando humedad hasta lugares bien alejados. Así es que el agua servida termina atacando los pisos y paredes salvo que estén muy distantes. Cuando están llenos y a la espera de su vaciado provocan el mal funcionamiento de las cámaras sépticas y por anulación de caídas el taponamiento de caños cloacales.

A su vez cuando el pozo es vaciado siempre se corre el riesgo de desmoronamiento y aunque esto no se produzca de todas maneras el agua embebida en los alrededores regresa al pozo arrastrando material que poco a poco lo perjudica y además anula buena parte del vaciado.

Nada de esto ocurre con nuestro tratamiento ya que el pozo mantiene siempre un nivel estable alejado de la capa de tierra negra.

Los mini pozos que disponen el agua en la tierra son clavadas artesanalmente y en su extremo inferior, el limo arcilloso que ahí se encuentra es sometido a un proceso que le permite aceptar de manera creciente con el tiempo, el agua que le envía el compresor periférico. En realidad ésta es la clave del sistema.

Los mini pozos tienen entre 3 y 4,50 metros de profundidad dependiendo esto de las características del suelo. Es a partir de ahí que se absorbe el agua que en el sistema tradicional se difundiría desde el fondo del pozo, generalmente más profundo.

A favor del tratamiento debe considerarse que en este sistema el agua servida comienza un filtraje a presión a partir precisamente desde el final de las agujas de manera que cuando dicha agua desciende hasta la profundidad a la que normalmente están los fondos de los pozos ya tiene un recorrido filtrante adicional.

Obsérvese que la mayor parte del agua de los pozos ciegos inicia su filtraje a partir del fondo de los mismos (muchas veces a 8,00 metros por debajo de la superficie) que es donde hay más presión hidrostática.

Además en nuestro tratamiento es el agua se envía juntamente con determinadas cantidades de aire a presión para provocar la descomposición aeróbica de la materia orgánica en suspensión, cosa que no ocurre con el agua que se filtra desde el fondo de los pozos (por lo cual los pozos se impermeabilizan).

Finalmente es MUY IMPORTANTE señalar que éste tratamiento se instala en muy poco tiempo, se dimensiona de acuerdo a la cantidad de agua diaria a desagotar y los picos de consumo, y las roturas y trastornos que ocasiona el proceso de instalación son nulos o mínimos según el caso.

ESQUEMA DE FUNCIONAMIENTO